Un manual para salir de acá

PUM!, PUM!, PUM!

Parece que la pared se viene abajo. Golpes de un martillo.

Javier está sólo. En su departamento. Sólo con su perra. La mira. Ya estudió todos sus gestos. Los interpretó. Hace meses que está encerrado. Sin hacer nada. Yendo a entrevistas, juntándose con amigos. No mucho. Lo suficiente. Casi todo el tiempo son sólo él y su perra. Intuye que logra algo cercano a comunicarse con ella.

Del mismo modo que él interpretó a su perra sospecha que la sociedad lo interpretó a él. Lo está interpretando. La sociedad se equivoca. La sociedad no entiende. Y él no tiene un manual para explicarse. Para explicarles. Son él y ellos. Él contra ellos. No sabe qué hacer. Pierde. La sociedad no existe.

Busca excusas, teorías paranoicas para no salir.

Sus círculos mentales están viciados. No hay progreso. Mira hacía atrás y piensa: Llevo al menos siete años equivocado. En todo.

Hay que aprender. Sacar algo de todo esto.

Hacer algo al respecto. Siente por sus venas la necesidad, una necesidad. Pensar en cosas concretas. Su cabeza le está ganando el juego, lo tiene mareado. Tiene que ir en alguna dirección. No importa cuál. Escapar.

Toma la costumbre de pensar algo y luego hacerlo. Sin importar qué. Sin importar si funciona o no. Simplemente hacerlo. Que eso que pensó esté. Exista, sea un hecho real.

Recibe un llamado. Alguien murió. El padre de un amigo. No sabe qué decir, ni qué hacer. Sabe que tiene que estar. No mucho más. Piensa en todas aquellas situaciones en las cuáles le vendría bien un manual. Algo que te ayude a entender en qué parte del río hacés pie y en qué parte no.

Siempre hay una corriente. Se da cuenta de que está rodeado de corrientes. Que no tiene que dejarse llevar. Es importante. Es vital.

Lleva pequeños cuadernos donde anota sugerencias para si mismo. Aunque sean abstractas. Sólo para él. Le sirve para orientarse, para salvaguardarse del mundo externo. Al menos hasta que pase la tormenta. Entiende que nadie sabe por qué hace lo que hace pero todo el mundo recomienda cosas. Pasos a seguir. Corrientes. Su manual es distinto. Piensa un nombre: Enciclopedia Activa. Porque está viva, porque te permite interpretarla y de algún modo, si fuera una relación homosexual, te la estaría metiendo.

Entonces, esta enciclopedia que es parte de vos te la está metiendo. La idea es que “esto”, que es tu personalidad, tu guía, de dónde te agarrás cuando no te queda otra. “Esto” te la está metiendo. ¿Qué vas a hacer al respecto?

¿Lo vas a permitir?

¿Lo vas a disfrutar?

Ya está. Funciona. Despierta preguntas. Te activa.

Por primera vez Javier está feliz. Su perra también, pero ella ya estaba feliz de antes, con sólo verlo entrar a la casa. Ojalá fuera tan simple. Le da un poco de envidia, y salta también, alegre o algo así. Aunque sólo sea un momento. Para ver qué se siente.

Tiene un proyecto, una idea. Un motivo.

Se acerca a la Sociedad Protectora de animales Versión Extendida. Un apartado dedicado al tercer mundo. Alguien notó que la caridad podía hacerse transitiva de los animales hacia los humanos: quiénes están dispuestos a ayudar a un perro rápidamente son canalizados a ayudar a un niño, a una comunidad. La Sociedad se presta a situaciones incómodas y a falsas publicidades. Hay problemas relacionados con la bastante publica manipulación. Hay protestas pero la Sociedad funciona.

El hombre está demasiado dispuesto a hacerse mierda con cualquier boludez. Piensa Javier mientras aguarda que un pequeño comité lo reciba para presentar su Enciclopedia. Ayuda definitiva para la especie en general.

Entra a la sala de reuniones, demora un rato configurando el proyector. Ya tiene todo ensayado. Sabe qué palabras va a usar. Sabe cómo las va a decir. Algunas miradas lo inquietan, si pudiera leer pensamientos sabe que estaría más incómodo. Habla con soltura, haciendo una breve introducción a su idea de Enciclopedia para la vida en general. Comentan que las enciclopedias son enciclopedias para la vida en general. Él reconocen que si bien esto es así hay demasiadas cosas que se les escapan. Habla del día a día, de los maquillajes y las formas de ser.

El cómite opina que es como un texto de autoayuda. Javier corrige.  Dice que Autoayuda es una idea onanista, desde el vamos. Él es distinto. Se explica. Su Enciclopedia hace referencia a la conducta sexual activa, de ponerla, de tener un elemento que si te descuidás te la pone, que en el fondo sos vos mismo. La idea de “fondo” le parece suficientemente vaginal sin embargo las mujeres se ofenden. Que se ofendan a él le parece sano. Activo.  Pero él no le parece sano a nadie.

Lo rechazan. Ahora está determinado. Ahora más que nunca. Se dedica horas y horas a desarrollar su enciclopedia. A proponer ideas. A seguirlas al pie de la letra. Y a no seguirlas en absoluto. Porque su cuenta bancaria agoniza y tiene que conseguir un trabajo.

Poco a poco la enciclopedia va quedando de lado. Un día llega a su casa y la encuentra hecha pedazos. La perra mordisquea las páginas. Quiere jugar con él. Se agazapa. Tantea, está dispuesta a gambetear, a salirse con la suya. Los fragmentos de papel pueblan el aire y tapizan la alfombra en caóticos y caprichosos senderos. Javier sonríe y juega. Después verá qué hace con todo eso.